sábado, 8 de septiembre de 2012

Capítulo 26


Lo primero que cruzó mi mente al despertar fue lo que había ocurrido la noche anterior y no pude evitar que una sonrisa bobalicona se instalara en mis labios. Estiré el brazo esperando encontrar el caliente cuerpo de Mario para abrazarlo, pero no estaba. Abrí los ojos y me incorporé, mirando alrededor. Suspiré aliviado al ver su ropa todavía tirada de cualquier forma en la silla de escritorio... No es que hubiera imaginado que Mario había salido corriendo arrepentido de lo que había pasado, que va... Estábamos saliendo, ¿verdad? Así que era imposible que aquello pasara...

Me puse de pie con un bostezo y me puse la ropa interior antes de salir de mi habitación en busca de Mario. Le escuché haciendo ruido en el baño y cuando me asomé le vi mirándose el cuerpo desnudo, salvo por los boxer, en el espejo.

-         ¿Qué haces? – pregunté enarcando una ceja.

Él me lanzó una mirada enfurruñada.

-         Podías haberte contenido un poco. ¡Mira! ¡Los tengo por todo el maldito cuerpo! – dijo mientras se señalaba el cuello y el pecho.

Efectivamente, tenía el cuerpo lleno de pequeñas, y no tan pequeñas, marcas moradas. Quizá sí me había pasado un poco, por no hablar de las dos... no, tres veces que lo habíamos hecho esa noche. Mario debía tener todo el cuerpo dolorido. Me acerqué a él con una sonrisa y le abracé desde atrás.

-         ¿No empiezas pronto la universidad? Es para que ningún moscón se te acerque – dije dándole un beso en el cuello.

-         No se me han acercado en 19 años de vida... No creo que vayan a hacerlo ahora, ¿sabes? – respondió Mario recostándose contra mí.

-         ¿Qué tal estás? ¿Te duele algo? – pregunté apoyando mi barbilla en su cabeza.

-         Me duele un poco la espalda y... las caderas, pero bah... Fue genial – respondió mirándome a los ojos a través del espejo.

Sonreí más ampliamente.

-         ¡Ese es mi chico! – dije, abrazándole por la cintura y elevándole en el aire.

Mario soltó una carcajada. Me encantaba verle reír y, por desgracia, no era algo que hiciera muy a menudo. Era una persona increíblemente seria y, aunque también me gustaba esa parte de él, iba a disfrutar de lo lindo una vez que Mario se soltara de todo conmigo. Lo único que le hacía falta era confianza en sí mismo y yo estaba dispuesto a dársela.

Dándole un último beso en la mejilla, le dejé en el suelo y me separé de él.

-         Voy a ver qué podemos desayunar, no quiero que este culito pase hambre – enfaticé mis palabras con un azote en su trasero y salí del baño riéndome a carcajadas ante las quejas de Mario.

Estaba esperando a que se tostara el pan Bimbo, cuando escuché cómo la llave entraba en la cerradura y esta giraba para abrir la puerta. No podía ser...

Me asomé por la puerta de la cocina y me encontré con mi madre en el umbral, cargada con un par de maletas, el pelo castaño enmarañado y cara de estar tremendamente cansada.

-         ¡Mamá! ¿Qué haces aquí? – fue lo primero que dije.

-         Yo también me alegro de verte, Marco. Ya que estás ahí, ayúdame con esto – dijo ella tendiéndome la que más pesaba.

-         Me... me alegro de verte, pero... ¿por qué no me avisaste de que ibas a llegar hoy por la mañana? – llevé la maleta al salón y la dejé encima del sofá.

-         ¿Qué más da? Ni que fueras un niño... ¿Para qué iba a avisarte? – respondió ella que venía detrás mía.

-         ¿Marco? ¿Con quién estás habl...?

Mario había salido del baño, y al escucharme hablar, había venido al salón, todavía en boxer. Su cara pasó de tener una expresión confundida a la más absoluta sorpresa... Se quedó totalmente sin palabras. He de decir que la reacción de mi madre no fue muy distinta, pero al menos ella estaba vestida.

-         Para que no pasen cosas como esta, por ejemplo... – dije, rascándome la cabeza – Bueno, ya no hay nada que hacer... – añadí encogiéndome de hombros - Mamá, este es Mario, mi novio... Mario, esta es mi madre, Judith.

Ninguno de los dijo nada, solo se quedaron mirándose uno al otro. Mario deseando desaparecer en algún lugar remoto y mi madre, intentando averiguar si le había hablado de algún novio recientemente.

-         Eh... ah... uhm... Hola – terminó por decir Mario – Siento mucho recibirla... así. Iré a vestirme ahora mismo – dijo de forma atropellada y desapareciendo por el pasillo.

-         La culpa es mía, tendría que haber avisado – dijo mi madre en voz alta para que él la oyera. Luego se giró hacia mí con una ceja enarcada, esperando una explicación - ¿Y bien? No sabía nada de este Mario...

-         Nos conocimos a principios de verano, tú ya estabas de vacaciones y...

-         No me lo podías decir por teléfono cuando hablábamos, ¿no? – ella suspiró – Nos habríamos ahorrado este momento incómodo si me hubieras dicho algo, pero siempre te callas las cosas.

-         Mamá... – comencé a decir, pero ella me interrumpió.

-         Ve con él, ahora mismo debe estar... no sé qué palabra usar para lo que se tiene sentir al conocer a tu suegra en ropa interior después de una noche de sexo con su hijo y en su casa.

Echándole una última mirada a mi madre, fui a reunirme con Mario en mi habitación. El pobre se estaba poniendo la camiseta a toda velocidad después de haberse puesto los pantalones. Me miró con ojos de cachorro cuando entré.

-         Tu madre me odia, ¿verdad? Le he dado una imagen de mierda... ¡Y sabe todo lo que hicimos anoche! No podré volver a mirarla a la cara...

-         Venga ya, Mario, no es para tanto... pasó algo parecido cuando fui a tu casa.

-         ¡Pero era mi padre el que estaba en calzoncillos, no tú! ¡Y no acababas de pasar la noche en mi casa!

Le abracé soltando una carcajada. Cuando estaba nervioso era tan adorable... Me hacía querer achucharle hasta que crujieran todos sus huesos.

-         Tranquilízate o tendré que tirarte en la cama y desnudarte de nuevo y...

-         ¡Vale, vale! ¡Lo entendí!

-         Cuando terminéis ahí dentro... podéis ir a desayunar – dijo mi madre, apoyada en el marco de la puerta.

-         ¡Mamá! – exclamé.

-         ¿Qué? La culpa es tuya por dejar la puerta abierta... Es obvio que tengo curiosidad por este chico. A fin de cuentas, se acaba de acostar con mi hijo, ¿no?

Suspiré. Iba a ser un día muy largo...

16 comentarios:

  1. "...es para que ningún moscón se te acerque" Ya, claro XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    Conocer a tu suegra en ropa interior es una de las cosas que quiero hacer antes de morir. O después. Tal vez sea mejor después de muerta. ¿Te imaginas? Aparecer ahí, descompuesta con gusanos por el cuerpo y mis bragas de abuela... En fin.

    Y va Marco y le recuerda lo de su casa XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
    Dios, aquello fue genial JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

    Esto de quedarte aislada da buenos frutos XDDDD
    Me ha encantado *.*

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    1. Yo también quiero que Marco me llene de chupetones *.*
      JAJAJAJAJAJAJAJAAJJA, joder, tiene que ser cojonudo... conocer a tu suegra en ropa interior, con el cuerpo lleno de marcos y que sepa lo que has estado haciendo toda la noche xDDDDDDDDDDD

      xDDDDDDDDDDDDDD Lo del padre de Mario fue grande, en serio JJAJAJJAJAJAJAJ

      El capi que tengo a medias me está gustando todavía más *.*

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  2. OwO me ha encantado. El capitulo es genial!!!... me he casi orinado de risa jajajajajaja
    "... no sé que palabra usar para lo que se tiene que sentir al conocer a tu suegra en ropa interior después de una noche de sexo con su hijo..."la mamá de Marco sueña genial.... vaya que cualquiera quisiera tener una madre así de comprensiva ante una escena semejante!!
    Espero con ansias uno más! *.*

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    1. ¡Gracias! ¡Me alegro! Jajajajaj, sí, la mami de Marco no tiene nada que envidiarle a la familia de Mario xDDDDDDDDDDD

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  3. ME muero jajajajajajajajajajajajajjajajaj la mama de Marco es genial jajajajajajajaja Pobre Mario, todo descubridito para concer a la suegraajjajajajajja +100

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    1. Jajajaja, sí, es genial ^^ Joe, encima, con lo que es Mario, todo timidín xDDDDDDDDDD

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  4. Dios... como mola!!!! jajajaja Menuda madre... xD y que bonita forma de conocer a la suegra, sí...
    Y Marco y Mario son tan monos juntos... *.*

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    1. Seeeeeeeep, querida Ruthy xD Imagínate al serio de Mario... conociendo a su suegra en ropa interior xDDDDDDDDDD Me desorino xD

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  5. Jajajaj que madre que tiene Marco... jejeje... igual ellos dos me parecen una ternura jejej

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  6. OMG!! Pobre trauma se llava Mario *-*

    besitos<3

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    1. xDDDDDDD Na, se le pasará con un par de abracitos de Marco xD

      ¡Un besito!

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  7. Lo peor es que la madre de Marco me recuerda a mi propia madre... aunque puede que no tan exagerado! XDD
    Que bueno, me encanta.
    ¡Quiero más! :D

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    1. La madre de Marco es casi mi propia madre xDDDDDDDDDDDD Tiene salidas por el estilo y le mola sacarle los colores a la peña que viene a casa xDDDDDDDDDD

      Gracias ^^

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  8. XDDDDDDDDDDD la madre de Marco es la ostia, yo quiero una madre así XD

    Y el final? lo de - Que? La culpa es tuya por dejar la puerta abierta... Es obvio que tenga curiosidad por conocer a ese chico, a fin de cuentas se acabda de acostar con mi hijo, no?
    XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    Pero me da un poco de pena Mario, el siempre tan serio XDDD

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    1. Jajajajajaja, la mía se parece... pero no tan exagerado xDDDDD
      Ya... la mujer no se corta un pelo, ya la conoceremos más, será genial jajajajajajaja

      Pobre Mario... está rodeado de gente tan diferente... con lo serio que es y está siempre rodeado de chalados xD

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