sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 25


Moví el cuerpo, incómodo. El nerviosismo inicial había vuelto y, esta vez, más fuerte que antes. Y aumentó al sentir los dedos de Marco tanteando la entrada a mi cuerpo, acariciándome. Él suspiró al notar lo absolutamente nada relajado que estaba y, colocando una mano sobre mi nuca, tiró de mí hacia arriba, hasta que mi cabeza quedó a la altura de la suya.

-         Tienes que relajarte, Mario. Si no lo haces, será más difícil para los dos – dijo en voz baja, antes de besarme.

El beso que me dio fue muy tierno. Demasiado tierno teniendo en cuenta la situación en la que nos encontrábamos: los dos desnudos, con mi cuerpo encima del suyo, más largo. Su lengua entró en mi boca para avivar el beso. Conseguí perderme en su boca, en las sensaciones que recorrían mi cuerpo en contacto directo con el de él. Imagino que eso era lo que pretendía Marco, pues aprovechó que me relajé lo suficiente para introducir uno de sus dedos resbaladizos por el lubricante en mi interior.

Dejé escapar una exclamación de sorpresa. No había dolido, solo una pequeña incomodidad al notar algo en ese... lugar.

-         ¿Qué tal? – preguntó Marco sin dejar de mirarme, para no perderse ninguna de mis expresiones.

Me mordí el labio antes de responder, pues él había comenzado a mover su dedo suavemente.

-         Es... raro – jadeé.

-         ¿Raro malo o raro bueno?

-         ¿Hay... clases de “raro”? – quise saber de forma entrecortada, debido a que Marco había comenzado a mover su dedo como si estuviera buscando algo.

De repente, él giró sobre la cama, dejándome a mí debajo y colocándose entre mis piernas abiertas. Me avergonzó un poco la postura tan vulnerable en la que me encontraba, pero no me dio tiempo a explayarme demasiado en ese pensamiento, ya que Marco no había sacado el dedo de mi interior y continuaba moviéndolo, cada vez más rápida y profundamente. Con su mano libre, agarró uno de mis muslos y lo subió hasta colocarlo alrededor de su cadera.

-         Voy con otro – me susurró al oído.

-         ¿Qué?

Antes de que terminara de formular mi pregunta, noté un segundo dedo entrando junto al primero, haciendo que la incomodidad se hiciera más patente que antes. Marco volvió a besarme al darse cuenta de que lo que había conseguido anteriormente se estaba yendo al traste. Con su lengua acariciando mis labios y su mano vagando suavemente por uno de mis costados hasta llegar a mi pezón, que fue acariciado con ternura, consiguió que me relajara de nuevo lo suficiente como para poder mover los dedos sin problemas.

-         Eso es – murmuró él – Ahora voy a buscar...

Con una expresión de absoluta concentración, Marco se dedicó a la tarea que se traía... entre manos. Yo solo podía perderme en las sensación que invadían mi cuerpo, cada vez más placenteras, ahora que me había acostumbrado un poco a tenerle dentro. La mano que me acariciaba el torso se deslizó hacia abajo y rodeó mi entrepierna, haciendo que un estrangulado gemido saliera desde lo más profundo de mi garganta. Tenerle atacándome por los dos flancos diferentes era casi demasiado como para aguantarlo. Fue entonces, cuando una increíble e intensa sensación de placer recorrió mi cuerpo de arriba abajo, como si fuera una descarga eléctrica. El gemido que dejé escapar no tenía nada que ver con el sonido que había estado haciendo hasta ahora, fue más grave, más... profundo.

-         Lo encontré – dijo Marco con aire triunfal.

Arqueé mi espalda ligeramente y, poco a poco, comencé a mover las caderas siguiendo el ritmo que me marcaba él con ambas manos. Sentí la presión de un nuevo dedo entrando junto con los otros dos. Esta vez, fue aún más fácil.

-         Parece que esto se está poniendo interesante, ¿eh? – dijo él moviendo sus dedos, acariciando ese lugar especial que despertaba tantas sensaciones distintas.

¿Por qué demonios Marco parecía tan relajado, mientras yo... yo...? Gemí de nuevo cerrando los ojos y apretando los puños a ambos lados de mi cuerpo.

La mano que acariciaba mi erección aumentó el ritmo. Esta vez, sí fue demasiado para que lo aguantara, pero antes de poder llegar a ningún sitio, Marco detuvo todo movimiento. Abrí los ojos para lanzarle una mirada que oscilaba entre suplicante y asesina. Él me sonrió al tiempo que agarraba mis muslos por la parte de atrás y los elevaba, colocándolos sobre sus hombros mientras se ponía de rodillas en el colchón.

-         No muevas las piernas de ahí, ¿vale? Será más fácil – dijo.

La postura era un poco incómoda, ya que no estaba acostumbrado a ella. Estar tan... abierto delante de otra persona era un poco... pues eso, incómodo.

Marco cogió uno de los condones, rasgó el envoltorio y lo colocó sobre su propia erección, que parecía  a punto de estallar, con movimientos algo torpes. Así que no estaba tan relajado como quería hacerme ver... Después de haber vertido una considerable cantidad de lubricante sobre sí mismo y sobre mí, inclinó su cuerpo sobre el mío y colocó sus brazos uno a cada lado de mi cabeza.

Respiré hondo al sentir su miembro contra mi trasero, pero intenté mantenerme todo lo relajado que pude. Marco empujó con suavidad, introduciendo únicamente la punta en mi interior.

Definitivamente, era muy distinto a lo que había sentido con los dedos. Era más... grande y caliente. Muy caliente en contraste con el frescor del lubricante.

-         ¿Cómo vas? ¿Te duele? – preguntó mirándome.

Negué con la cabeza y rodeé su cuerpo con mis brazos, para colocar mis manos sobre su delgado y casi escuálido trasero. Presioné suavemente, para obligarle a entrar un poco más, haciéndole soltar una carcajada.

-         Tómatelo con calma, Mario. Tienes que acostumbrarte poco a poco.

Levanté mi cabeza para buscar sus labios y capturarlos en un beso que dejaba al descubierto mis ganas de que esto sucediera. Me había dejado a las puertas del que prometía ser el mejor orgasmo de mi vida y quería cruzar ese umbral.

Marco movió sus caderas, entrando más profundamente. Moví mi cuerpo, con la extraña sensación que me producía tener algo tan grande en mi interior. No dolía, todo iba suavemente gracias a la preparación y al lubricante, pero no dejaba de ser tremendamente extraño. Marco se separó de mí y se mordió el labio.

-         Lo siento... no puedo aguantarme más.

Con eso, empujó sus caderas con fuerza. Solté una exclamación por la sorpresa de tenerle dentro completamente y de repente, al mismo tiempo que él dejaba escapar un gemido ronco y apoyaba su frente contra la mía.

-         Eres increíblemente estrecho y caliente, Mario. Es la sensación más... increíble que he experimentado nunca.

Comenzó a moverse, despacio al principio y aumentando el ritmo progresivamente. Llevó una de sus manos de nuevo a mi erección y empezó a masturbarme, mientras empujaba una y otra vez en mi interior. Cada embestida era aún más profunda que la anterior. Sentirle dentro era, como había dicho él, la sensación más increíble que había experimentado nunca y, unida a su forma de acariciarme, me estaba llevando poco a poco a la locura.

Ninguno de los dos necesitó mucho tiempo para terminar en lo que para mí fue el mejor orgasmo que había tenido nunca, tal y como había pensado que sería.

...

Tumbados en la cama, abrazados uno contra el otro y aún desnudos, nos relajamos tranquilamente. No dijimos ni una palabra, no lo necesitábamos. Había sido, simplemente, genial.

10 comentarios:

  1. Solo una expresión: OMG!!!
    Este Mario tiene una suerte xDDDDD No para tod@s fue tan suave y delicado mmh xDDDDDDDDD
    Pero a la vez ha sido tan bonito *.*
    >,< Me encanta esta parejita, jopetas >,<

    MAGNÍFICO, NAKAMA ^^

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    1. Anda, tonta, que sé que lo dices porque me quieres xDDDDDDDDDD No ha sido para tanto >.<

      Y sí, maldito y soso Mario, que puta suerte tiene el cabrón xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

      A mí me encanta Marco xDD

      >.<

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  2. Ay, ay, ay... por dios... pedazo de... AGH Como escribes! xDDDDDDDDDDDD

    Simplemente genial, de verdad. Puta la suerte de Mario jajajajajajaja

    ¡Espero el próximo! :D

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    1. Jajajaja, me alegro de que te guste *.* Me costó bastante escribir este capi y, la verdad, es que me gustó cómo quedó ^^
      Sí, puta suerte la del maldito Mario xDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  3. ahora si morí x fin avanzaron 1313 es q no m podia creer q no lo uvieran exooooo en tanto tiempo y su ternura y delicadeza son tannnn tiernos es q los amoooooo *¬* mi kerer mas mas mas xfavor jakjkaj saludos

    atte: tu fan n° 1 :D

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    1. Sí... era hora de que avanzaran un poco jjajajaja Sí, son muy monosos *.* A ver cuándo puedo subir el siguiente ^^
      ¡Un besito!

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  4. Joder, que suerte tiene Mario de tener a Marco, es tan... gentil (?) XDDDD

    Parecia la busqueda del tesoro, y cuando al final dijo : lo encontre!! XDDDDDDDDDDD

    Como consigues que parezca tan real?

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    1. Sí *.* Esa suerte que solo unos pocos elegidos tienen jajajajaja
      Me has matado con lo de la búsqueda del tesoro xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
      No sé... yo simplemente describo lo que me imagino y ya está... A mí me da la sensación de que queda muy mecánico, pero bueno...

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