Una semana era mucho tiempo.
Me había dado cuenta de esto durante la última semana que no había visto a
Marco. Entre mis estudios y su trabajo había sido tan difícil coordinarnos que
no habíamos podido vernos. Estoy seguro de que mucha gente diría que debería
haber dejado de lado los estudios durante un rato para poder verlo, pero para
mí eran algo muy importante. No estaba matriculado en la uni para tocarme las
narices, como hacían muchos otros, y, aunque me costara incontables horas de
hincar codos como un desgraciado, iba a sacarme la carrera con la mejor nota
que pudiera conseguir. Y me alegraba que Marco lo entendiera. En serio, ¿qué
hacía un tío tan perfecto como Marco con alguien como yo? Es algo que no comprendería
nunca. Había miles de chicos por ahí desperdigados que me daban mil vueltas en
todo, porque, siendo sinceros, yo era aburrido y sin carisma...
Por fin llegué al parque donde habíamos quedado, el mismo
parque donde nos conocimos el pasado mes de junio. Caray, ya había pasado mucho
tiempo... El tiempo volaba, aunque nosotros habíamos empezado a salir juntos en
agosto. Tampoco hacía tanto, un mes escaso. Suspiré, pues había sido el mejor
mes de mi vida, la verdad. El querer a alguien y sentirse querido por esa
persona era algo increíble.
Con una sonrisa tonta en la cara, me acerqué al lugar donde
Marco me esperaba. Estaba apoyado en un Golf azul y llamaba la atención tanto
como siempre. El brillante pelo azul de punta, la ropa negra, las cadenas, su
cara de pillo y su cuerpo delgado eran el objetivo de todas las miradas del
parque. Sonreí aún más al decirme a mí mismo que ese banquete para los ojos era
todo mío.
Al verme, Marco también sonrió y echó a correr hacia mí. Sin
saber qué hacer, me quedé parado en el sitio, mirándole venir. Con una
carcajada, me cogió de la cintura y comenzó a dar vueltas conmigo. Para estar
tan delgado tenía una fuerza endemoniada, ya que yo era más corpulento que él y
me alzaba sin problemas.
Todo el mundo nos miraba, pero, esta vez, sus miradas no
eran de admiración. Totalmente avergonzado, comencé a darle golpecitos en el
hombro de forma nerviosa.
-
¡Bájame, Marco! ¡Nos están mirando todos!
-
¡Pues que miren todo lo que quieran! Déjame disfrutar del
momento – dijo él parando de dar vueltas y abrazándome con fuerza contra él –
Diosssssss, me moría por verte, por abrazarte así, por olerte...
Eso me hizo fruncir el ceño.
-
¿Por olerme?
-
Es que hueles tan bien – dijo Marco separándose de mí con una
sonrisa - ¿Y mi beso, señor Mariete?
-
¡Cuando dejes de llamarme así! – le di un golpe juguetón en el
pecho.
-
Entonces tendré que robártelo.
Marco me agarró la cara con las dos manos, para evitar que
pudiera moverla y unió sus labios a los míos en un beso muy, muy dulce. Solo
entonces me di cuenta de las ganas que tenía de besarle y de tocarle. Ahora
entendía lo que había querido decir Marco antes, porque él también olía
condenadamente bien. Le rodeé la cintura con los brazos, pegándome más a él,
provocando un ligero cambio en el beso que estaba recibiendo, que se volvió un
poco más agresivo y demandante.
Tras un rato que se me antojó cortísimo, Marco se separó de
mí y apoyó su frente contra la mía.
-
Esto no ha sido suficiente... ni por asomo – dijo en una voz
tan baja y ronca que me resultó muy erótica – Necesito más de ti, siempre
necesito más de ti. Creo que nunca me cansaré de ti.
-
Espero no tener que descubrirlo algún día – le dije con una
pequeña sonrisa – Y ahora... ¿podemos irnos? Me estoy sintiendo observado y es
incómodo de narices, Marco.
Él soltó una carcajada y se separó de mí cogiendo mi mano y
echando a andar hacia el coche azul en el que estaba apoyado cuando llegué.
-
¿Cuál es el plan? ¡No has querido decirme nada en toda la
tarde.
-
No es nada especial, Mario. Solo quiero llevarte a cenar por
ahí... a un sitio diferente, que tanta
hamburguesa va a terminar matándote – dijo abriendo el coche para que
pudiéramos entrar.
-
Pero están tan ricas... – dije poniendo morritos.
-
Tú sí que estás rico – añadió él poniéndose el cinturón de
seguridad.
Pareció cambiar de idea en el último momento, pues volvió a
desabrochar el cinturón. Se giró hacía mí y, antes de que yo le dijera nada, se
lanzó a besarme de nuevo. Esta vez, el beso fue mucho más apremiante, más...
hambriento. La lengua de Marco recorría mi boca al tiempo que sus manos hacían
lo mismo por mi pecho. Lo único que podía hacer era devolverle el beso y
rodearle el cuello con los brazos. El coche no es que dejara mucho campo de
acción precisamente.
Sentí la mano de Marco hurgando en mis vaqueros azules,
tratando de abrirlos y colarse dentro. Eso fue lo que me hizo recordar dónde
estábamos. Le empujé ligeramente por los hombros, apartándolo de mí y le miré a
los ojos. Me mordí el labio. Aquello me había puesto bastante caliente y, a
juzgar por su mirada y su semierección, a él también.
-
Estamos en mitad del parque, ¿sabes? – le dije en voz baja.
-
Se me olvidó por un momento – dijo él en tono de disculpa –
Pero es que no me he podido aguantar. Hace una semana que no te toco, Mario.
Estoy a punto de explotar.
-
¿Estás sugiriendo un cambio de planes? – le miré enarcando una
ceja.
Él sonrió.
-
Solo un aplazamiento de la cena. Con... dos horas tendré
suficiente – dijo arrancando el coche.
Ñoño y erótico. Me gusta, me gusta... xDDDDD Este Marco, que no se lo piensa dos veces >,< Quiero ver lo del aplazamiento de la cena, y lo del amigo de Mario, ese tan majo y tan cuerdo >,< Quiero ver tantas cositas :3
ResponderEliminar¡Me superencanta!
xDDDDDD A mí me gustas tú *.* Jajajaja, ains, quiero un Marco en mi vida xDDDDDDDDDDD
EliminarYo quiero escribir lo del aplazamiento de la cena... Y ahora ya sé cómo introducir la trama de Javi MUAHAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHA
que geniallllllll¡¡¡ me encantoo¡¡¡¡¡ sigueee¡¡ ajajajjaa
ResponderEliminarah y ¿como te ha ido en los examenes? ¿todo bien?
Eliminar¡Gracias! :$
EliminarLos exámenes genial, gracias por preguntar ^^
Aaaahhhj! Que monos por favor *.* Te quedado fenomenal el capi! Son tan tiernos cuando quieren jajaja Por cierto, el "me alegraba de que Marco lo entendiera" del principio, ¿no quedaría mejor sin "de"? "Me alegraba que Marca lo entendiera". Por eso creo que te pongo un 10 jajaja
ResponderEliminarTe ha quedado fenomenal* y el último Marca es Marco* Maldito teclado del móvil jajaja
EliminarOinsssss, son adorables, sí >.<
EliminarAh, tienes razón, sobra el "de", muchas gracias, querida Ruth xDDDDD
Me encanta *.*, ahora vendrá la "cena" oh sí, que ganas de leerlo. En serio... Quiero un Marco en mi vida YA! maldito Mario suertudo... -.-''
ResponderEliminarA mí también >.< Sí... la cena... JAJAJAJAJAJAAJAJAJ La cena luego xDDDD
EliminarTodas queremos un Marco >.<
Puede que haya muchas personas que le den mil vueltas, pero sin esta historia no tendria ni la mitad de adicción XD
ResponderEliminarFrase que me han encantado : "Pues tendré que robártelo yo" y "Tú si que estas rico" By: Marco, es que es tan endemoniadamente adorable :3
Quiero ver ese sutil cambio de planes XDDD
Oins, me encanta que digas que crea adicción >o< Me hace muchísima ilusión, en serio xDD
EliminarEste Marco... es un maldito robacorazones >.< Es que es tan monosooooooooooo, que no sé ni cómo me sale tan monoso, de verdad jajaja
Y yo tengo ganas de escribirlo xD
Haaaay!! que como me gusta como escribes... no, ME ENCANTA!!!.... en serio que capitulo a capitulo me vuelves más y más adicta. Ahora espero poder leer ya el "aplazamiento de la cena"; tomate tu tiempo, y espero que los examenes y la uni te den más tiempo para dedicarle a Marco y Mariete ^^
ResponderEliminarJopetas, ¡muchas gracias! >.< Me hace muchísima ilu leer esas cosas jjajajaj
EliminarEstamos todas deseando leer el aplazamiento xDDD
Que mono ^^ Es que los pobres llevan mucho sin verse XD
ResponderEliminarTengo ganas de ver de nuevo a Javi!!!
besitos<3
Bueno, una semana no es tanto... pero están empezando, prácticamente. Es comprensible xDD
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