lunes, 9 de abril de 2012

Capítulo 15


 Me pregunté, por enésima vez, qué hacía allí. Aún seguía molesto, entonces, ¿por qué había ido al parque como Marco me había dicho?

Suspiré y me apoyé en el respaldo del banco en el que estaba sentado. Por alguna razón, estaba tan impaciente por ir, que había llegado media hora antes de la hora acordada. Me pregunté por qué estaba tan nervioso cuando se trataba de Marco. Con Carlos ya no sentía este revoloteo en el estómago, pero hacía mucho que eso pasaba. Supongo que mis sentimientos por Carlos son más una costumbre que otra cosa, pensé y, probablemente, tenía razón. Mi amor por mi mejor amigo había estado condenado al fracaso desde el principio y, muy seguramente, me había perdido muchísimas cosas al obsesionarme con él, sin hacer caso a nadie más. Pero entonces, Marco había aparecido, obligándome a mirarle, obligándome a hacerle un hueco en mi aburrida vida, que desde ese momento ya no era tan aburrida.

Miré hacia la derecha y me sorprendí al ver a Marco acercándose al parque. Todavía estaba bastante lejos, pero era inconfundible. La altura, el pelo azul eléctrico de punta, la ropa negra con destellos plateados debido a las cadenas que colgaban de sus pantalones, el andar despreocupado... Todo era tan característico de él... No entendía cómo no se asaba con esa ropa en pleno verano, pero no parecía tener problemas con ella. Me miré a mí mismo y torcí el gesto al ver la camiseta azul de manga corta y los piratas verdes. En serio, ¿cómo alguien que tenía la apariencia de Marco podía haberse fijado en... mí? No tenía sentido.

Cuando Marco llegó hasta donde estaba yo, se produjo un incómodo silencio que ninguno de los dos parecía saber cómo romper. Finalmente, habló él.

-         Veo... que no era el único impaciente por quedar – dijo, rascándose la cabeza.

-         No... esto... estaba por aquí cerca cuando mandaste el mensaje, por eso... – mentí como un bellaco para que no se diera cuenta de que era cierto.

-         Bueno... de todas formas, me alegro de que hayas venido. Gracias por darme la oportunidad de disculparme por todo lo que ha pasado – dijo él, sentándose a mi lado en el banco.

-         Ah... no es nada, realmente – contesté.

Le miré. De cerca era muchísimo más increíble que de lejos. Tenía una cara que haría que cualquier chica babeara por ella.

-         Mario, lo siento, en serio – comenzó a decir Marco sin preámbulos – Sé que me he portado como un imbécil egoísta, apareciendo de repente en tu vida y exigiendo que olvides todo lo que has sentido hasta ahora y que te centraras en mí. Lo sé... y aún así, no puedo evitar enfadarme cada vez que pienso que el chico que me gusta está colado por un tío que no le valora como realmente se merece.

Vaya, eso sí que me había dejado sin palabras. Soltar todo eso tan de repente, no debía ser bueno. Lo único que pude hacer fue mirarle fijamente, sin decir nada. ¿Tanto le gustaba? Pero si apenas me conocía... Vale, eso no tenía nada que ver, ya que, en tan poco tiempo, Marco había conseguido poner mi vida patas arriba con su sola presencia.

Sentí sus ojos sobre mí, así que le miré. Sus ojos grises consiguieron que me perdiera en ellos y que el ritmo de mis pensamientos se descontrolara. Antes de que pudiera reaccionar, vi cómo Marco bajaba su cabeza hacía mí y unía sus labios a los míos, en un beso suave y superficial. Se separó y me miró con una sonrisa de disculpa.

-         Lo siento, has puesto una cara tan mona que no he podido evitarlo – dijo en voz baja.

Fruncí el ceño. ¿Había puesto una cara mona? Llegué a pensar que el miope era él y no yo. ¿Cómo podía decir eso de alguien tan... anodino como yo?

Marco levantó su mano y, con sus dedos, frotó la arruga que se había formado en mi frente al fruncir el ceño.

-         No arrugues la frente. Es un gesto que queda muy feo, Mario. Y, por cierto, me gustaría saber si me perdonas y, ya que estamos, si me das permiso para aprovecharme de ti.

-         ¿Qué? – pregunté mirándole con los ojos muy abiertos.

Él soltó una carcajada.

-         Por fin un poco de casito por tu parte – dijo, sin dejar de sonreír.

-         Ah... lo siento, estoy un poco... confundido – dije despacio.

-         Entonces, ¿me perdonas? – Marco me miró con una carita de pena igual a la de un cachorrito.

Sonriendo, asentí. ¿Qué más podía hacer cuando me miraba con esa cara? Eso era jugar sucio.

Él suspiró y su cuerpo pareció relajarse levemente.

-         Gracias, en serio.

-         Yo... también lo siento – dije – Mi reacción el otro día fue totalmente desproporcionada.

Marco negó con la cabeza.

-         Fue normal. Cualquiera hubiera explotado si tuviera a dos idiotas molestando.

-         Gracias por entenderlo – dije sonriendo. Hablar con Marco era realmente fácil.

-         Y ahora es cuando me respondes a la otra petición.

-         ¿Otra petición? – pregunté, frunciendo el ceño de nuevo.

-         ¿Puedo aprovecharme de ti? – preguntó él con una sonrisa pícara en los labios.

Sin darme tiempo a responder, se inclinó de nuevo sobre mí. Esta vez, no fue un beso superficial. No, fue un beso en toda regla. Abrí la boca ligeramente para permitir la entrada de la lengua de Marco y utilicé la mía para acariciarla, lo que provocó una respuesta más apremiante por su parte. Sentí su mano en la barbilla, abriéndome más la boca para hacer el beso todavía más profundo. Dejé escapar un pequeño gemidito y me sorprendí por ello. ¿Era capaz de hacer semejante sonido? ¡Parecía una chica!

Marco se separó de mí y me miró con una sonrisa.

-         Ese tipo de ruidito es la respuesta que estaba esperando.

12 comentarios:

  1. Mmmm Marco se aprovecha mmmmmmmmmmmm caliente, caliente, eo! Caliente, caliente, oa! xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Se me pira...

    Me encanta Marco, de verdad, es tan mono y tan majo y tan alto y tan... ainsss...

    Me encanta!! ^^

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, sí, se te pira, doy fe xDDDDDD

    Sí, tíaaaaaaa *.* Es adoreibol jajajajaja Le adoro ^^

    ResponderEliminar
  3. Lo mejor de Marco es que es monisimo y no se da cuenta y eso lo hace todavía más mono *-*

    A ver si ya pasamos a algo más intimo XD y menos mal que uno de los dos ya empieza a presionar, porque a veces Mario me recuerda a Onodera (no se entera de nada XD)

    Impaciente por leer el próximo capitulo ^^

    ResponderEliminar
  4. Sí, en serio, es que es adorable jajaja Y mi idea inicial es que Marco fuera un tipo duro y es un solete, el tío jajaja

    Sí... Mario es el típico uke lento que no se entera de nada jajajajaja

    ResponderEliminar
  5. Va a haber accion pronto? XD me encanta!!

    ResponderEliminar
  6. Uf... a saber xD Todo depende de Mario... si fuera por Marco... xDDDDDDD

    ResponderEliminar
  7. mírales, que monos los dos...!!!!! jajaja Si es que con Marco es más fácil... que le den a Carlos y ya está! :D

    ResponderEliminar
  8. Jajajaja, aún queda Carlos para dar por culo, tranquilas xDDDDDD Y todavía falta por aparecer un personaje todavía más odioso xD Haceos a la idea xD

    ResponderEliminar
  9. no otro peor q carlos TAT
    x cierto kero un beso asi >////< pro mas si es de marco y en serio la historia esta genial
    ya soy tu fan ^_^

    PD: ojala q escribas mas cap pronto stoy impaciente x seguir leyendo y eso q no leo los libros dl instituto :p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, uno peor... ya lo veremos xD En cuanto Mario empiece en la uni de nuevo xD
      Yo también quiero un beso de Marco *.* Es tan adorable *.*

      ¡Muchas gracias! ^^ Y me alegro de que te guste ^^

      Pd: espero poder escribir algo este finde ^^ Pero no prometo nada >.<

      Eliminar
  10. no iporta cuando los escribas ya q reviso tu blog cda dia >///<

    ResponderEliminar

¿Te atreves a dejar un comentario a escondidas?